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EN En algún momento te has preguntado ¿Cómo es que nos podemos comunicar por teléfono a distancia?, ¿cómo es que existen leyes como el de la gravedad que funcionan igual sin importar en qué parte del mundo te encuentres?, así mismo existen leyes o principios que han estado presentes desde hace miles y miles de años y que están profundamente conectados a ti, a lo que sientes, a lo que piensas. Son principios que no fallan ni cambian, siempre han existido; sin embargo, quienes hemos tenido la capacidad de cambiar somos nosotros, los seres humanos, para usar o no, estas leyes a nuestro favor.
Quizás en algún momento has escuchado sobre la ley de atracción porque es una de las más mencionadas, pero es una ley secundaria. Quiero que nos enfoquemos en la raíz de la raíz, la ley de la vibración, que nos dice que todo lo que existe (tangible o intangible) está en movimiento, vibrando con una frecuencia específica. Cada vez que llamas a un ser querido a distancia, esto realmente es posible porque ambos se conectan a una misma frecuencia que les permite tener esa conexión.
La ley que complementa la idea es la Ley de la resonancia que nos dice que todo lo que está en una frecuencia vibratoria específica se conecta o resuena con aquello que está en una frecuencia similar.
Una baja frecuencia siempre será lo que para ti es pesado, doloroso, está conectado a las emociones de miedo, enojo, a diferencia de la frecuencia elevada que está conectada al amor, gozo.
Si aterrizamos estas leyes, lo mismo sucede en las diferentes áreas de nuestra vida, todo nuestro entorno está en movimiento y conectado a nosotros porque vibran en una frecuencia similar en la que nosotros estamos.
Hagamos esto súper práctico.
Ejercicio #1
Observa este círculo de la vida. Identifica del 1 al 10 ¿cómo sientes que te encuentras en cada área? Sé sincera contigo misma.
Hacer este ejercicio nos vuelve conscientes de nuestra realidad actual, y si lo unes con la ley de la vibración y la ley de la resonancia, entenderás que toda esa realidad, es como es gracias a ti, a quien estás siendo. Si lo logras ver, ya no hay manera de victimizarnos de eso que no nos gusta, y lo único que nos queda es aceptar y abrazar la situación vital tal como es, para enfocar nuestra atención en nuestro poder de cambiar internamente nuestra vibración para alinearla a eso que anhelamos en nuestra vida.
Pero ¿cómo hacemos eso? Para esto es importante tener en cuenta tres principios básicos
- No se trata nada más de que nuestros sueños vengan a nosotras, si no de ponernos a la altura de ellos. Solo así, estaremos alineadas a la frecuencia de ellos y para esto necesitamos salir de nuestra zona de confort, tomar acciones diferentes, entrar en lo desconocido.
- La emoción es la consciencia de la vibración. Lo que quiere decir que, el cómo te sientes la mayoría del tiempo impacta directamente en todas las áreas de tu vida.
- Se trata de primero SER para luego HACER y por último TENER.
Tienes un gran don y es el don de la voluntad de hacer que las cosas sucedan, en el momento que tomas la decisión firme y consciente, convertirás tus decisiones en una reacción en cadena a tu favor hasta crear ese momentun en tu vida.
Ejercicio #2
- Observando tu círculo de la vida, plantéate máximo 5 objetivos a 12 meses que involucren las áreas que anhelas mejorar, escríbelos.
- Esos objetivos redúcelos a metas más pequeñas de 90 días, pregúntate, en los próximos 90 días ¿qué metas alcanzables puedo cumplir que me acerquen a mis objetivos del año?
- Identifica, ¿cómo te sentirías alcanzando esas metas?, siéntelo, quédate con ese sentimiento dentro de ti y agradécelos porque ya son un hecho.
Recuerda: En ti, la emoción es la consciencia de la vibración.
Identifica y trasciende creencias limitantes
Si ya sabes qué es lo que quieres, es importante que te preguntes, ¿qué es lo que te ha limitado?
Muchas veces tenemos creencias o techos mentales que verdaderamente no existen, y la única razón por la que no cambian es porque no tomamos una decisión voluntaria de cambiarlo, pero ten presente que en lo que desbloquees estas creencias, empiezas a volverte imparable, porque lo único que puede detenerte está dentro de ti.
Observa el ciclo: Creencia – Pensamiento – Emoción – Acción – Resultado, este resultado reafirma nuevamente tu creencia y empieza el ciclo nuevamente.
La acción incluye lo que hablas y lo que haces, la forma en cómo te comunicas y proyectas. Tus creencias están siempre mandando una señal al exterior, no precisamente de lo que quieres, pero si de lo que crees.
Por ejemplo: Si dices frecuentemente, quiero hacer esto, pero no tengo tiempo, no tengo esa capacidad, necesito más dinero para hacerlo, necesito saber más para empezar, no siento apoyo, etc. Ten presente que son solo creencias, lo que te limita solo está en tu mente, y en el momento en que tomes la decisión voluntaria de cambiarlas, empezarás actuar como una nueva persona y todo se abrirá paso ante ti, todo empieza a transformarse.
Ejercicio #3
Obsérvate constantemente, escucha cómo hablas de ti, que piensas de ti e identifica si eres tu mejor amiga o tu peor enemiga.
Cuanto más consciente seas de tus creencias, las debilitas y puedes tomar acción para cambiarlas a través de libros, talleres, herramientas, podcast con la información que realmente te empodera.
Usa el gran don de tu voluntad, si ya sabes qué es lo que quieres, sabes lo que tienes que estar pensando y sintiendo constantemente, emplea legítimamente tu voluntad para llevarte a pensar y sentir de la forma correcta constantemente.
Crea un plan de acción para disfrutar de tu momento presente
Ejercicio #4
Toma tus metas de 90 días y divídelas en acciones más pequeñas hasta tener máximo 3 acciones de avance diarias, disfruta cada día y recuerda esa emoción constantemente.
Cuanto más gozo tengas en tu vida, más abierta estás para recibir, así que no te limites de hacer eso que tanto te gusta, de amarte, de ser tu prioridad, de vivir por y para ti, porque en el momento que lo hagas crearás un impacto en tu entorno.
Es hora de que las mujeres latinas, profesionales y emprendedoras desarrollen y potencien sus áreas desde ese gran poder interior.
“Los sueños persiguen al gozo, no el gozo a los sueños. Deja que tus sueños te persigan a ti por convertirte en la persona que está a la altura de vivirlos con profundo agradecimiento”
